Un escape de auto roto es un problema grave. No sólo podría causarte multas y problemas burocráticos. También puede poner en riesgo tu integridad. Lo anterior debido a que los gases del motor podrían filtrarse a la cabina de ocupantes sin que te dieras cuenta.
El sistema de escape
Llamamos escape a la parte más visible del sistema con el mismo nombre. Popularmente conocido también como “mofle”. Así que no sólo un escape roto podría ser el problema, sino otras partes como:
- Cabeza de cilindros. Encargada de sellar la cámara de combustión.
- Colector. Conduce gases de la cámara de combustión al resto del sistema de escape.
- Turbocargador. Una pequeña turbina encargada de aumentar la potencia de la combustión.
- Convertidor catalítico. Un sistema que filtra partículas nocivas e impide que lleguen al ambiente.
- Mofle. Normalmente está encargado de reducir el ruido emitido por el escape, aunque no todos los autos lo tienen.
Cómo detectar un escape de auto roto
El primer síntoma de un escape de auto roto es el ruido. Si al acelerar tu vehículo hace ruidos anormales (provenientes del escape) puede tratarse de agujeros o fugas). Ayúdate de un elevador hidráulico para inspeccionar visualmente tanto el mofle como el tubo de escape. Por otro lado, es posible que el tubo de escape emita agua, esto se debe a ciertas reacciones químicas en el catalizador.
Algunas soluciones
Para repara un escape de auto roto se requiere un cemento especial como el Dynomax o el Permatex. Dichas marcas son resinas epóxicas resistentes a la humedad y a los gases. Si piensas aplicarla sobre un mofle o tubo de escape recuerda limpiar bien el área y calentar el motor antes. Posteriormente puede ser difícil retirar el cemento o resina así que ten mucho cuidado.
Si la avería es mayor o no está a simple vista es posible que se requiera soldar o cambiar las partes del escape. Acude con especialistas si este es el caso.
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